Estrenamos gobierno, o, mejor
dicho, reestrenamos, porque vamos a disfrutar, gracias a la actitud del PP,
ante la inacción del antiguo Presidente del Gobierno (y por favor, no olviden
que lo que nos va a gobernar de aquí en unos meses lo fue por la acción u
omisión del PP), de una versión remasterizada del gobierno del Sr. Zapatero.
Más mona, más visual, con más colorines, con golpes publicitarios, pero, según
van, exactamente igual. Pensando en lo que se nos viene encima, terminé hace
unos días una novela que se la recomiendo; su título es Sumisión de Michel
Houellebecq, y quería compartir con ustedes un párrafo de la misma que dice
así: “el islamoizquierdismo, escribía, era un intento desesperado de los
marxistas descompuestos, en plena podredumbre, en estado de muerte clínica,
para salir del cubo de la basura de la historia agarrándose a las fuerzas
ascendientes del islam”. Sinceramente me impactó, pero, ¿es islamoizquierdismo
o es algo más?
Es
cierto que la izquierda política y entiendan que con el adjetivo “política” me
refiero a los partidos que tienen representación parlamentaria, se ha rodeado
de un aura de supremacía moral, como si todas sus afirmaciones emanaran de la
fuente de la verdad absoluta, como si sus etiquetas reflejaran una verdad
indiscutible, un principio que se dice en Derecho, “iure et de iure”, irrebatible e inmutable, o dicho más claro, que
no admite prueba en contrario. Pero, ¿saben ustedes?, es una mentira creada
para no mostrar su absoluta pobreza ideológica, su carencia de soluciones y su
falta de visión de futuro, y sólo para mantener el poder, que en el fondo es lo
único que les mueve, no el poder para hacer, sino el puro poder. Algo a lo que
se quiso subir el anterior gobierno del PP renunciando a su ideología y
abrazando las causas de la izquierda.
Lo malo es que
para hacer eso, hay que saber, y un partido que decía ser de derechas, y
actuaba como una continuación del gobierno del Sr. Zapatero, mezclada con los
casos de corrupción que salpicaban a cargos relevantes del partido, la
prepotencia rayana en el cacique de toda la vida, de los que se creían por
encima del bien y del mal (recuerdan las frases de “que se jodan” en relación a
la reforma laboral y las pensiones) hacen una mahonesa que se cortó y ha dado
paso a una salmonela que habrá que digerir y de la que veremos cómo salimos.
Porque les ruego no lo olviden… Lo que viene se lo debemos a la actuación, o
más bien inacción, del anterior Presidente del Gobierno y por extensión del
Partido Popular, incluyendo a todos los que ahora optan para presidirlo,
porque, que yo sepa, ni uno de ellos se desmarcó y exigió la dimisión del
anterior Presidente del Gobierno para intentar neutralizar el desastre que nos
ha caído encima, con un gobierno en minoría y al albur de lo “mejor” de nuestra
casa.
Que
conste que reconozco el aporte de la ideas de la izquierda al progreso humano,
al igual que las ideas de la derecha. Pensadores de distintas ideologías a lo
largo de la historia han configurado el mundo que conocemos. Pero eso ya es
historia… Eso ya no existe; y entiendan la afirmación… Existen pensadores de
izquierda y derecha, existen ideologías en contraste, pero eso ya no se
traspasa a los gobiernos que padecemos. La izquierda se ha aupado a un tipo de movimiento
globalizador bastante siniestro que tiene como objetivo desmantelar el sistema
de libertades, tal y como lo entendemos, o para que lo tengan claro, Europa
occidental, el sistema cultural, político y económico que ha dado un poco de luz
y de esperanza a nuestra especie, sobra, decisión que barrunto se empezó a
tomar cuando cayó el primer ladrillo del Telón de Acero definiendo el nuevo
orden mundial en el que quizás nosotros, pero seguro que nuestros hijos, van a
tener la desdicha de vivir, salvo que empecemos a ponernos las pilas. Porque
esto no es nuevo, pero por primera vez en la historia, se puede hacer.
Ya
sé, usted en este momento piensa que soy un tremendista, un conspiranoico y
unas cuantas etiquetas más… Quizás tenga razón, pero permítanme que comparta
unos pensamientos estúpidos que me corroen (sin duda la oxidación de los años,
que uno va estando cascadillo) por si le place pensar sobre ellos, reflexiones
que se van a extender en unos cuantos artículos, en los que espero sinceramente
errar.
En la época de
la guerra fría se desarrollaron toda una serie de experimentos psicológicos; su
finalidad no era otra que intentar controlar las actuaciones humanas, no del
individuo, que uno a uno es impredecible, sino de grupos sociales. Incluso los
experimentos llevados a cabo con animales, no tenía como finalidad conocer su
inteligencia, emoción o reacciones, sino que eran el principio de ensayos sobre
la reacción que tendría un animal racional a estímulos parecidos. No soy
pitonisa, pero creo que tienen cara de incredulidad. ¿Se animan a buscar? Les
pongo unos ejemplos (sólo algunos de los más famosos) para que se entretengan
buscando el que quieran; les garantizo que merece la pena:
El experimento
del pequeño Albert, los experimentos de conformidad de Asch, el efecto
espectador, el experimento de la obediencia de Milgram, indefensión aprendida
de Seligman, estudiantes de ojos azules contra los de ojos marrones de Elliot,
el experimento de la prisión de Stanford de Zimbardo, o perdido en el centro
comercial de Loftus.
Y al igual que
en la fabricación de cualquier producto, una vez realizado el diseño, superada la
fase de prueba, hay que ponerlo en práctica. Y no, no existen límites a la
ingeniería social que están llevando a cabo. Y no se engañen, no se dejen
seducir. Los partidos que se dicen de izquierda están en la pomada, no han
sabido, ni han querido, ni han dejado, readaptar su ideología a la situación
actual, con lo cual tienen que readaptarse al rumbo que nos han marcado, y quieren
ser parte de determinadas oligarquías y disfrutar de su chalet con casa de
invitados y piscina de la repera.
La izquierda
política, la que ahora nos gobierna (directa o indirectamente) vende la moto,
habla, y demasiados ilusos creen que buscan una política social, solidaria o
generosa, y no ven que no es una cuestión de debate entre empresarios y
trabajadores, entre un sistema democrático de economía de mercado en la que
discutimos sobre si tiene que haber más o menos actuaciones de protección social,
¡qué no! Que ya no es el debate al que estábamos acostumbrados, es una
confrontación entre los que quieren tener el poder y los que deben de
soportarlo, o más claro, entre los que quieren llevarlos de la mano a la Edad
Media que se vivió en una gran parte de Europa, con sus señores feudales y sus
vasallos, y los que creemos que los principios de libertad individual,
democracia, igualdad, y legalidad son más necesarios que nunca, entre una
izquierda política que pretende un control estatal y estalinista de lo que
hacemos, pensamos y decimos y los que creemos en la limitación del poder de la
administración pública.
Lo lamento, no
creo en las casualidades, ni creo en una evolución inevitable del destino de
Europa; creo en una actitud programada y consciente de un grupúsculo que
necesita destruir la propia idea de occidente, con sus siglos de evolución, su
pensamiento que refuerza la libertad de los individuos y el principio de
igualdad, por un mundo bastante más sombrío. Determinadas oligarquías ya se han
separado de los principios de liberalismo político, bueno en realidad, se han
separado de cualquier concepto, de cualquier idea, de cualquier valor, que no
sea su propio interés aunque sea a costa de llevarnos a un mundo orweliano.
Verán ustedes,
el mundo que viene es apasionante y aterrador, según cómo actuemos nosotros
ahora. En breve veremos androides realizar tareas domésticas o laborales. Los
drones van a suponer una revolución en todos los campos (vigilancia,
transporte, sanidad, defensa). La revolución tecnológica asegura el control del
individuo en todo momento, sus idas, quien es, que usa… Más de la mitad de los
empleos serán superfluos porque podrán ser realizados por máquinas lo que
implicará que el esfuerzo de imaginación y pensamiento para mantener y mejorar
nuestro sistema de vida actual, tendrá que ser intenso. Llegará un día en que cuando vaya a coger el
metro le digan esas pantallitas tan simpáticas, “Sr. Perez, llega 10 minutos
tarde a su trabajo; no se preocupe que ya hemos avisado indicando la causa”. Sí,
todos nosotros seremos controlados en todo momento. No, no les hablo de una
historia de ficción, les cuento la tecnología que ya está aquí, en el control
mediante movimientos de tarjetas (incluyendo la de transportes), en las gafas
que empieza a usar la policía china que muestra quien es el ciudadano que pasea
por la calle, en contadores de luz que indican cuando está usted en su casa, y
podría seguir. Pero para culminar esto, es necesario crear a un sistema
tecnofeudal que suprima la igualdad de los hombres, la libertad individual, la
estructura familiar, restringir los derechos individuales sobre todo de opinión
y si es posible de pensamiento, e incluso el propio concepto de democracia Y para
conseguirlo hay que eliminar las concepciones filosóficas griegas, el
sometimiento a la ley romano, el cristianismo, el renacimiento, la ilustración,
los principios liberales, el conocimiento real del pasado, incluso determinados
principios socialistas que ya forman parte de nuestra civilización occidental.
Tienen que suprimir todo aquello que permita a un individuo asumir su propia responsabilidad y tomar las
decisiones que considere necesarias para su futuro y el de sus hijos,
sustituyéndolo por sistemas neo-feudales en las que determinadas oligarquías
decidan quién es usted, lo que tiene que pensar, hacer o sentir, y pobre de
usted si se aleja o simplemente cuestiona el buenismo, lo que le dicen que es
políticamente correcto o su actitud ante su entorno, porque por el mero hecho
de pensar distinto será un asocial, un fascista, un radical o simplemente un
raro al que hay que mirar de reojo. Y hacerlo sin que se note mucho, que ya es
un nivelazo; así que irán haciendo pruebas, Yugoslavia, Venezuela, Bélgica,
España…, y cuando quiera darse cuenta ya estará en su planeta 2.0, y a
disfrutarlo…
No les aburro
más por hoy… Si les place miren los experimentos, piensen en los estímulos que
reciben y ya puestos… ¿han oído en las televisiones que llevan tres noches de
violencia en Nantes? ¿No? Ya, y eso…. La semana que viene seguiré aburriéndoles
un poco.