Un buen amigo hace unos días me
recomendó un libro. La verdad es que versaba sobre un tema que es recurrente de
vez en cuando en este blog, así que les reconozco que empecé su lectura fiado más
de la calidad personal del que me lo recomendó que del libro en sí mismo,
porque, verán ustedes, que el Islam es un peligro para nuestra civilización es
algo tan obvio que sólo un ilota irrecuperable puede negarlo, así que pensé en
otra reflexión de autoafirmación, de las que ya he escrito en este blog, pero
lo cierto es que me quedé apabullado con su lectura. Que alguien escribiera un
libro con esa fuerza, hace ya tantos años, me dejó anonadado, así que no puedo
menos que recomendarles que intenten buscar sus libros y dejen este blog,
porque tal como ella lo escribió, me confieso incapaz de escribirlo ni más alto
ni más claro.
Y tengo que
confesar mi ignorancia, porque desconociendo a la autora pregunté a mi amigo
sobre ella. Las letras impresas dicen mucho sobre el autor, y desde el
principio del libro me sentí arrastrado, hipnotizado, encandilado; no puedo
hacer una buena descripción, pero no pude menos que preguntar que dónde se
hallaba una mujer de tal temple, capaz de afrontar cualquier reto, invencible
en sus ideas, de las que hacen despertarse al Alonso Quijano que quiero pensar
que aún dormita en nosotros, que se pone al mundo por montera, se enfrenta a lo
divino y a lo humano y que al que esto escribe le devuelve la confianza y la
esperanza . Pero corran, no lo dejen pasar, porque no va a ser un libro fácil
de encontrar. La censura en la sombra se lo va a impedir, el pensamiento único
lo bloquea, así que se desean vibrar ya pueden esforzarse. Su vida no tiene
mucho mérito, la verdad, de partisana antifascista a monstruo del buenismo. Les
avanzo, como aperitivo, un párrafo del libro La rabia y el orgullo, cuya autora
es Oriana Fallaci y dice así “Preparan las futuras oleadas. Los quince millones
de musulmanes que hoy viven en Europa (quince) son solamente los pioneros de
las futuras oleadas. Y créeme: vendrán cada vez más. Exigirán cada vez más.
Pues negociar con ellos es imposible, Razonar con ellos, impensable. Tratarlos
con indulgencia o tolerancia o esperanza, un suicidio. Y cualquiera que piense
lo contrario es un pobre tonto”.
Y este párrafo
me dejó pensativo, porque empecé a pensar en una sociedad de tontos, de estúpidos,
de ciegos. Lo sé, algunos de mis lectores, que me conocen, pensarán que es la
religión la que me mueve. ¿Cristiano?, sí sin duda; reconozco que lo de católico
es más confuso, porque ser español y católico es a veces un imposible, y
cualquiera que sepa algo de historia lo entenderá. En la piel de toro hemos ido
siempre por libre, ¡qué se le va a hacer!, y tan pronto destripábamos herejes
como asaltábamos Roma con los lasquenetes, así que dejémoslo en cristiano. Pero…
Tengo una religión en la que Dios habla claro, aunque los altavoces demasiadas
veces distorsionen. Una Religión que empieza en un nacimiento y termina en una resurrección,
una religión de vida, que nos ha hecho avanzar, ser mejores, más justos. Una
religión que alza catedrales, que nos da a un Santo que no ve animales impuros,
sino hermanos, un hermano lobo, una hermana luna…. Una religión que me permite
sentirme hermano de un humano y de un lobo, que me da la ocasión de hermanarme
con la creación, con el milagro de la vida, de ser conservacionista (dejemos lo
de ecologista por el tinte político) y solidario con el resto de humanos, de
ser tolerante, de no tirar la piedra antes de ver la pureza de nuestras
conductas, de ser revolucionario, inconformista y también templado. De apreciar
el amor, la dignidad, el honor, la igualdad entre hombres y mujeres. Y a mis amigos
ateos cristianos, como Dios manda, obviando la trascendencia, esta herencia les
persigue. No hay liberalismo posible sin cristianismo, ni socialismo sin
cristianismo, ni marxismo sin cristianismo, ni pensamiento libre alguno… El
influjo de Roma, Grecia, el Cristianismo, hace posible esa gran lago de
libertad que supone Europa. Y verán ustedes, el problema es más serio de lo que
parece. Mientras el cura cristiano desaforado (léase cura, pastor o pope) te
condena al fuego en la otra vida, lo que es discutible en base a lo que uno
crea o no, o en qué tipo de Creador crea, el Islam simplifica el problema y
ante la duda, condena al fuego en esa. Vamos, que te achicharro aquí no sea que
en la otra te libres….
Desde hace
siglos nos hemos fajado con un peligro acechante, fuerte a veces, débil otras,
pero siempre latente, como muy bien sabían nuestros ancestros. Y ahora, ¿nos
hemos vuelto locos?. El peligro está ahí, son los de siempre, pero parece que
nuestra estupidez y nuestra ignominia nos van a hacer invulnerables, y no. Esos
que quieren aceptar entienden que la única ley que tienen que aceptar es el Corán,
es ley aplicable, que viene de Dios, indiscutible, coherente. Que es una mujer
adúltera, pues se la lapida; que es homosexual, pues le colgamos. No miren a
otro lado, porque aquí ellos no engañan, son los buenistas, los gilipollas y
gilipollos los que no quieren verlo.
Les confieso
mi extrañeza… No entiendo nada, o entiendo demasiado… Porque el ataque a
nuestra civilización no respeta ideologías, está asentado en la clase política
y pretender hacernos comulgar con ruedas de molino…. ¿por qué? Acompáñenme y
repasemos….
La falta de
dignidad más flagrante la he visto en el hasta ahora principal partido de la oposición
Como diría un sobrino, me flipa, me flipa, me flipa…. Veamos, los de la norma
paritaria, los de el presidente/la presidenta, el vocal/la vocala, la idiota/el
idioto, la gilipollas,/el gilipollos (perdóneme si alguno de estos no está
aceptado y no es políticamente correcto, pero soy de EGB, ustedes disculpen),
esos, sí, esos, entregan un premio a una mujer con burka, sí, el traje regional
de la igualdad, el manifiesto de la paridad. Es decir, ¿que estos trúhanes me
obligan a cambiar el lenguaje y dan premios a mujeres vestidas en sacos
machistas? Pero, ¿me consideran un
gilipollos?
La cobardía
excelsa es la del gobierno en funciones…. Vamos, sorpréndase, estos, que van de
no sé qué, aprueban que se enseñe a los niños el Corán. Estos aprueban aceptar
miles de refugiados islamistas mientras rechazan en frontera a nuestros primos
de Venezuela (17.000 muertos el último año); pues sí, a los que descienden del
mismo tronco, a los que sus antepasados se ganaron esta tierra con su sangre a
la puta calle, a la muerte, a la desesperación. A nuestros hermanos (que lo
son) que les jodan, pero, eso sí, los islamistas “pa dentro”. Y mire usted, un
primo puede ser molesto, pero, qué quiere que le diga, es de la familia, de Los
que usted quiere traer, mía no es, salvo que el presidente/presidenta se cambie
el apellido por Casio para luego ser Banu Qasi. ¿Es eso? Verán, si pretendo
registrar una asociación cultural que diga “Si cambian de propósito, apoderaos de
ellos y matadles donde les encontréis. No aceptéis su amistad ni auxilio”,
¿ustedes creen que lo aceptarían? No, verdad, pues lean la aleya 89 de la sura
4 del Corán. Es decir, aceptamos a los que pretenden matarnos por ser como
somos…. Guai…, vamos, genial. Esto no es extremismo…. ¿no? Y ¿qué es?
Y lo peor, con
creces, los de esta izquierda radical y bolivariana que ya está aquí… Estos
hablan de hermanos musulmanes, de pedir perdón por la reconquista de Granada… ¿Están
locos? ¿Quieren que volvamos al mercado de esclavos? Y lo más, lo más fuerte…
Unas zumbadas entrando en una capilla cristina en porretas… Y yo me pregunto, ¿no
les pone entrar así en una mezquita? ¿crren que a estas sujetas y sujetos les
pone la aleya 223 de la Sura 2 que dice “Vuestras mujeres son campo labrado
para vosotros. ¡Venid, pues, a vuestro campo como queráis, haciendo preceder
algo para vosotros mismos!”. Vamos, ¿más de cien años luchando por la libertad
de la mujer para esto? O ¿es que las pone? ¿Acaso queréis estar en un harem en
Oriente Medio? Pues si es eso, si esto os altera las hormonas, dejadnos en paz
e iros para allá; soy occidental así que
acepto vuestra libertad. Ahora, ¿los que ponen burkas, los que tirar
homosexuales por las ventanas, estos, sí, estos, son los hermanos para ustedes?
Por un momento
pienso que estoy equivocado, que voy a oir una rectificación en algún sitio,
que alguien va a decir que esto es incompatible con nuestra civilización…. Pero
no, no oigo nada; ¿estoy equivocado?, vale, díganlo; ¿soy un radical? ¿por qué?
Ya peino canas, me equivoco mucho, pero, verán, si me equivoco díganlo, pero si
me van a llamar radical no me queda más que escupirles mi desprecio. Traidores,
colaboracionistas. Ustedes, todos, nos están traicionando, nos venden por sus
miserias, por sus mentiras. Son indignos, mendaces. Que la historia les juzgue
y se pudran en el infierno. Y a los callados y cobardes, a los mierdas que se
callan, les espera Beirut, la Suiza de oriente medio convertida en un infierno
por los islamistas (no se equivoquen, por los islamistas, no por los israelitas),
¡qué ustedes lo disfruten!