martes, 19 de julio de 2011

MEMENTO MORI

No sé si a ustedes les gusta la ciencia ficción, pero reconozco que a mí, con cierta mesura, me entretiene, me lleva a mi juventud, a la generación que soñábamos con pequeños teléfonos móviles, computadoras que hablaban, rayos laser, vehículos que te iban guiando a la dirección que le marcabas, en fin, todo aquello que a uno le recuerda que el macuto de años que lleva a la espalda cada vez es mayor. Y estaba enfrascado en la saga de La Fundación cuando leí el siguiente párrafo: “…La caída del Imperio, caballeros, es algo monumental y no puede combatirse fácilmente. Está dictada por una burocracia en aumento, una recesión de la iniciativa, una congelación de castas, un estancamiento de la curiosidad… y muchos factores más”. En ese instante pensé que estaba con un informe sobre la situación de España, y que leía una visión incluso optimista de lo que nos espera. Tuve que cerciorarme de que no estaba con la prensa del día sino sólo una buena novela de otros universos, soles y planetas.-


Quizás yo no domine el análisis “psicohistórico” que constituye la espina dorsal de las novelas, pero no hace falta ni eso, ni la pitonisa televisiva de turno, ni una tirada de tarot, para ver que nuestro “iluminati”, con todo su gobierno y gobierna, y todo su partido y partida, nos llevan al pozo de la historia a paso de retroprogresía de tres al cuarto. Y sin embargo, transcurridos unos meses desde las elecciones de mayo, parece que los españolitos, con alguna excepción de esas tribus paletas y miopes que siempre han pululado por nuestra piel de toro, están decididos a librarse de este Sísifo de pacotilla que nos larga la piedra y esconde la mano.-

El desgobierno socialista es responsable de la ruina económica, de cinco millones de parados, de remover los fantasmas de la guerra civil, de los proetarras sentados en las instituciones, de inflar a los nacionalistas vía estatuto a chequera, de derrochar el dinero de nuestros impuestos, del desprestigio exterior, y siga usted la lista porque es interminable; son comparables a una plaga bíblica que van a dejar campos yermos, estómagos vacíos y cabezas vacuas. Han convertido la nación en una lonja de despojos, en una alhóndiga de desechos, en un bazar en el que lo único bueno que se podrá encontrar es el recuerdo de lo que este país pudo ser antes de cruzarse con el tren de esta mesnada del desastre.-

Y me perdonarán si no canto esa ranchera de “y te vas, te vas, y no te has ido…”, y no la canto sólo por respeto a los afortunados que disfrutarán de vacaciones antes del estallido económico español, no sea que provoque alguna lluvia tropical, tales son mis dotes cantarinas; pero no se desanimen, que para eso ya hay unos cuantos mariachis rondando al galán esquivo. La esperanza, la postrera, el único brillo en la caja de Pandora que han abierto estos que nos gobiernan, está en lo que las urnas han mostrado, que es mucho más, en mi opinión, de lo que ciertos medios han querido hacer ver.-

El contubernio político que han montado en este país parte de la premisa de la necesidad de la existencia, per se, por derecho divino sin duda, del partido socialista. Pero la ideología socialista ha muerto, o más bien, se ha integrado en el pensamiento político social. La dialéctica marxista (o la filosofía hegeliana) indica que la tensión entre liberalismo y socialismo ha dado paso a una nueva idea política en la que las diferencias son matices más encaminadas a la gestión y distribución de recursos, que a la aplicación pura de las ideas. Este fenómeno, que ya se ha dado repetidamente en la historia, no puede ni debe sorprender; la justicia social, la lucha sindical, sanidad y educación generalizadas, en definitiva, la protección social, están en la conciencia de la práctica totalidad de los ciudadanos. El armazón socialista, la estructura política pura, fue destruido por un papa polaco y un presidente norteamericano en el siglo pasado. Y esta falta de orientación, de base ideológica, es la que ha llevado al partido socialista a una mera demostración de poder, aunque suponga el desmembramiento de Nación, al puro y duro lujo de yeguadas y casas de alto nivel lindando con la costa, a vuelos en aviones privados, a espectáculos en prostíbulos con intervención policial, al derroche sin más fin que la compra de voluntades, en resumen, al creer que el país es su cortijo y los ciudadanos los mamporreros que pagan sus desmanes. Se han convertido en los señoritos que compraban votos en el siglo XIX, eso sí, ya no arrojan monedas sino utilizan el Boletín Oficial del Estado para el agasajo con subvenciones y despilfarro. Obviamente, el fallecimiento de socialismo, o su fusión con el liberalismo, generará una nueva ideología que seguramente ya está en ciernes.-

Y esta falta de rumbo, de norte, esta debacle, este país al pairo, en definitiva, esta situación es la que los ciudadanos han castigado en las elecciones pasadas, quizás no conscientemente, sino acaso por los efectos visibles del desgobierno socialista.

Dos partidos han salido claramente beneficiados del hundimiento del bunker monclovita; uno atisbando una futura mayoría absoluta y otro saliendo de la clandestinidad mediática impuesta y planteando, al menos inicialmente, una nueva forma de hacer política. Y si el primer partido es capaz de sacudirse el polvo de sus complejos, depurar sus califas, y actuar como desean sus votantes, y el segundo es capaz de vertebrarse internamente y aportar soluciones creíbles a la sociedad española, quizás no esté muy lejos un cambio de estructura parlamentaria.-

Por si acaso, no vendría mal que los líderes de ambas formaciones tuvieran alguien que les repitiera lo que decían a los generales victoriosos en su entrada triunfal en Roma, memento mori, o lo que es lo mismo, recuerda que eres mortal, para que reflexionaran sobre la realidad y no se creyeran divinidades con victorias pasadas sino hombre con luchas venideras.-

lunes, 11 de julio de 2011

HISPANUS NOVUM SORDIDUS

Estaba en el autobús hace unos días con una novela titulada la Columna de Hierro, y envuelto en las togas de Cicerón, Pompeyo y Julio Cesar, me llamó la atención un párrafo, relativo a la albórbola experimentada por los ciudadanos al regreso del exilio de Cicerón y que decía “…ninguno de los que está aquí siente esto de veras. No ha sido más que una excusa para un día de fiesta, para tener libertad y chillar y gritar hasta el histerismo, para zafarse de todo control y brincar y saltar, sin temer que nadie les mire de soslayo frunciendo el ceño, para abrazar y retozar, para portarse como animales inconscientes, todo ruido y exuberancia”. Y la lectura se cruzó con la conversación de otros pasajeros que, como ya es habitual en esta sociedad que padece el síndrome “la noria”, gritaban más que conversaban, sobre la acampada de la Puerta del Sol en Madrid. Y casualidades de los hados, relacioné el párrafo que leía con la conversación que todo el autobús escuchaba. Y entre frenazo y acelerón, pensé en como esta revolución cutre española encajaba en la imagen de una masa de personas con ganas de cachondeo y que se sienten más actores en una isla supuestamente salvaje de un concurso televisivo, que protagonistas de un movimiento social reivindicativo.


Debo confesar que en el inicio de esta algarada pensé, con esperanza, que comenzaba un movimiento social reivindicativo; creí que una sociedad letárgica estaba despertando; confié en que mis catalépticos conciudadanos estaban reviviendo; pero mi gozo, lamentablemente, de nuevo al pozo de las desilusiones políticas.-

Esta revolución no es un movimiento de protesta, ni una exigencia de regeneración política, ni una muestra de hastío contra una casta política parásita y derrochadora. Esto es, sencillamente, una cutrería de tamaño descomunal. Esto es más parecido al anuncio de una colonia… ¿Recuerdan? ¿No?, pues esperen que se lo voy a relatar…

“Estaba yo perdido en la casba, pasaba entre dos coches que eran el excusado de las chicas, chapoteando entre líquidos sospechosos, cuando me encontré la abacería del amor, con el cartel, “no nos miréis mientras follamos”; y entonces apareció…”. Vamos, que el que quiera buscar a "Jacks" o a otro u otra similar, ese era su sitio, porque un lugar tan pintoresco, reunión de tenderetes, chiringuitos, basura y litronas, es más propio de un anuncio de colonia que de una revuelta social ante una situación insostenible y dramática. Y uno piensa, que para ese viaje no hacían falta alforjas, que se queden dándole a la birra en el parque, trincando a la moza o mozo donde se tercie, y pegando gritos a la salida del garito como es habitual en las noches madrileñas. Vamos chatos, que si vais de revolucionarios lo tenéis claro; sois una pandilla de nenes de papi y mami vestiditos de marineritos revolucionarios, con un añadido de pasados, ultras y afectos al desbarre; vamos, igualito, igualito que los de Pekín o los de Atenas, así, recordando las revueltas recientes. Vamos, que vosotros montáis el aduar, el campamento cutre, las vacaciones aventureras entre los adoquines de la Puerta del Sol, y a esperar, ¿el qué? ¿Las uvas del día 31 de diciembre? Así, que venga guapos, ahora a continuar la jarana tomando unas cervecitas al chiringuito, que después del terremoto económico, cuando venga el surami que se está preparando no os va a tomar en serio ni el tato.

Seamos serios… Han tomado la Puerta del Sol como si esto fuera un campamento bereber, las harkas; no se han ido a la calle Ferraz, no claro, ni al Congreso de los Diputados, ni al Palacio de la Moncloa, ni al Ministerio de Economía, ni al de Trabajo, ni al Banco de España… No, ahí no, no sea que lluevan palos; mejor aposentar sus reales bajo la atenta mirada del oso y el borrachín, que es bien sabido que el oso se coloca con el madroño, y no hay mejor explanada en Madrid para darle al frasco, plantar la tienda de campaña, el tenderete y el rastrillo. ¿Cómo estos revolucionarios cutres van a ir a exigir la responsabilidad al que de verdad la tiene, al Presidente del Gobierno, a sus Ministros, al entorno financiero y político que le rodea? ¿Ni siquiera os atrevéis a pedir la dimisión del Gobierno y el adelanto de las elecciones? ¿Y visitando de noche el Congreso creéis que habéis cumplido?; no, si ya sé que la culpa la tiene el oso, por cogerse una buena tajada, así que dimita el oso y se marche a Asturias que seguro que vivirá más tranquilo.

He oído muchas interpretaciones sobre cómo se inicia este movimiento, o mejor dicho, este emplazamiento, porque estarán conmigo en que moverse, moverse, no les caracteriza, Vamos, que si alguien estaba pensando en un poco de ejercicio, que evite esto porque entre la botella, el bocata y la falta de ejercicio, el colesterol debe dispararse. He oído sectores de la “derecha” acusando al gobierno de preparar la revuelta para cuando lleguen al poder, caracterizándose, como siempre, por vender la piel del oso (¿será el del madroño?) antes de cazarlo. He oído a sectores de la “izquierda” llevándose el ascua a su sardina, que ya se sabe son tan expertos en vender humo como en destrozar la situación económica y social de este País. Y sin embargo, creo que en este poder de políticos y oligarcas financieros, han visto que la olla está muy sobrecalentada, y que lo mejor es abrir la válvula de seguridad. Los que pisen monte sabrán que una buena forma de combatir un fuego es con un contrafuego… Pues la mejor manera de combatir un previsible estallido social es crear uno pequeñito, chiquitín, cutre, algo así como una acampada en la Puerta del Sol. Cogemos unas cuantas ideas desperdigadas, unas de partidos políticos incipientes, otras de cibernautas, otras de ejecutados hipotecarios, otras de indignados varios, hacemos un refrito, y lanzamos a unos cuantos a disfrutar de la canícula madrileña y del cachondeo nocturno, y de paso, evitamos que la calle estalle de verdad, no sea que dé a los manolos por tirar de faca y garrote en un contemporáneo Dos de Mayo, que por estos lares, cuando nos ponemos acémilas lo somos y mucho.-

Y sin embargo, el que planificó esta cutredad puede que no haya calculado bien, porque no todos iban de vacile, ni todos han terminado decepcionados, y muchos han visto que por tomar la calle no pasa nada Y, a veces, sólo a veces, las brasas de incendios controlados generan efectos devastadores…