Cuando contemplaba las declaraciones previas a la huelga general y el desarrollo de la misma, recordé la obra de teatro Estado de Sitio; al principio de la misma, el heraldo del gobernador hace una afirmación que resume perfectamente la actuación de estos políticos de profesión que rigen nuestras vidas. Venía a decir algo como que los buenos gobiernos son aquellos en los que nunca pasa nada, y que por lo tanto, la voluntad del gobernador era que no pasara nada en su gobierno para que fuera tan bueno como siempre. La cita, por supuesto, no es literal, pero creo que se aproxima bastante. -
Y que quieren que les diga, la habilidad del Gobierno llega a los extremos de pactar una huelga general para que no pase nada en su mandato… Es muy sencillo, en vez de que ocurra algo que pueda desestabilizar a tanta morralla política, hablamos con los chicos del palo y la piedra para que organicen algo. Tensión descargada, sociedad aborregada…
El que me conoce sabe que no tengo nada en contra del sindicalismo; es más, los sindicatos constituyen el último baluarte frente al poder del empresario, es la balanza niveladora en las relaciones laborales, pero hablo del sindicalismo, no de nuestros sindicatos. En España, amantes de las tradiciones y del buen vivir, heredamos unos sindicatos verticales y, para evitar perder prebendas, creamos un mixto entre los sindicatos de las sociedades democráticas y los sindicatos franquistas, y miren ustedes, o somos tirios o somos troyanos, pero eso de ser raritos mejor que no.-
Unos sindicatos subvencionados, callados a golpe de subvención y talonario, que hacen huelgas no se sabe a quien y no se sabe para qué, sobran de nuestro país. La regeneración sindical es tan urgente como legislar sobre el derecho de huelga o la financiación de los sindicatos; mientras tanto, el surtidor de euros seguirá subiendo, los trabajadores estarán desprotegidos, los empresarios pasmados, los ciudadanos enojados y el país camino del vertedero de la historia.-
Creo que en alguna tienda de aventura han puesto a la venta el kit del piquetero; piedras, palos, gasolina, silicona, y pasamontañas delicadamente embalado en una nueva versión del estuche de la señorita Pepis; en el fondo, pocas cosas cambian, ¿Pero estos energúmenos saben donde nació el piquete? Los piquetes fueron la reacción de los obreros frente a un empresariado ruin que despedía a los trabajadores cuando reclamaban mejoras sociales, y era la última defensa frente a los pistoleros y esquiroles contratados por el empresario. Y en la España del siglo XXI, por arte de birlibirloque, se convierte en un arma de agresión e intimidación organizada por liberados contra los propios trabajadores. Simplemente, los piquetes son unos mierdas pagados con nuestros impuestos, así de claro y así de duro.-
Y mientras, el gobierno sosegado, porque un día de “fiesta” conoce que relaja, y si no se tiene a la parienta al lado, bien sirve una piedra, que el deporte, y más si es violento, quita preocupaciones, elimina tensiones y desvía la atención del pozo al que nos están llevando. A este paso, y a falta de mejores ideas, estos parásitos políticos organizarán, con carácter obligatorio, una saturnal tipo noche blanca gayardoniana.-
En el fondo el objetivo es el mismo, pase lo que pase, y llegue lo que ya está a las puertas, es voluntad de nuestro Gobierno, y de nuestros financiados sindicatos, que no pase nada. ¡Amén!
sábado, 16 de octubre de 2010
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