lunes, 30 de abril de 2012

EL TERREMOTO


 Llevo un tiempo enojado, nervioso, enfadado, agobiado y saturado, estas épocas en las que a uno no le aguanta ni su reflejo en el espejo. Sensaciones incómodas, sin causa aparente, recurrentes y plomizas, molestas porque no se saben de donde vienen ni para que sirven, extrañas en una sociedad en la que vivimos permanentemente en el día de la marmota, en bucles nefandos, en círculos personales, sociales y nacionales de los que no queremos salir, en norias ideológicas, sentimentales y morales que no nos llevan a destino alguno. Hace unos días, leyendo el libro Los Asesinos del Emperador, me llamó especialmente la atención un párrafo que decía “…Había uno en particular que aunque hubiera dejado de ladrar no dejaba de morder la gruesa cadena con la que le habían atado, pero sus dientes no podían contra el metal”. El autor está narrando el fin de Pompeya, y de improviso sentí que la sensación que debía experimentar el perro atado, presintiendo el fin de la ciudad que va a ser enterrada en lava y ceniza, sin posibilidad alguna de huida por la cadena que le habían puesto al cuello y que le conducía inexorablemente a la muerte, podía ser parecida a la desolación que llevo tanto tiempo experimentando. Quizás hemos perdido esa armonía con la naturaleza que permite anticipar un cataclismo natural, pero creo que sí que conservamos esa percepción con los movimientos sociales, y que si la usáramos podríamos cambiar nuestro devenir. Si les place, escuchen, miren, y piensen; yo acepto de buen grado la posibilidad de equivocarme en lo que pienso y escribo, es más, espero estarlo, pero creo que el estallido del volcán económico y social sobre esta Nación, que parece sufrir idiocia hace ya demasiado tiempo, va a ser tan devastador como una océano de lava, ceniza y fuego sobre una ciudad desprevenida. El combustible que se empeñó con ahínco en preparar el Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero y que, con ansia pirómana, encendió y convirtió en una pira monstruosa, lleva camino de convertirse en un incendio devastador de la mano del Gobierno tecnócrata del Sr. Rajoy, al que, si lo hados, el fin del mundo Maya o quizás el vacío cuántico, no lo impide, será sustituido, antes del fin de su mandato, por alguien impuesto desde allende los Pirineos y con antecedentes profesionales en algún gran banco, preferiblemente extranjero.-

            Y es que este Gobierno da cera donde tenía que dar caña y flagela donde tenía que usar seda. La mayoría de las medidas que han tomado destrozan pequeñas y medianas empresas, empobrecen a la clase media, aumenta el número de desempleados y nos llevan al averno griego. Su programa electoral y su discurso de investidura se ha n convertido en un papiro de ficción, que al igual que en la obra de teatro de Los Intereses Creados, unas cuantas comas han cambiado completamente su sentido. Donde ustedes decían que no subiremos los impuestos, sin duda por el efecto de los trasgos que se ocultan en las imprentas y ordenadores, debían querer decir no, subiremos los impuestos, y donde hablaban de nunca hablaremos con los terroristas empiezo a pensar, y no sé si andaré errado, que quizás querían decir que nunca, hablaremos con los terroristas. Así, coma a coma y punto a punto, han perdido las elecciones en Andalucía. Porque por estos lares es cierto que ni el tato se lee los programas electorales, pero lo que es tragar tubos, plasmas y leds audiovisuales a todas horas, lo hacen casi todos los indígenas, inmigrantes, residentes y creo que hasta los alienígenas que pasan a vernos, así que frente a un gobierno dispuesto a asfixiar económica y socialmente a todo contribuyente a la vista, no me extraña que muchos de sus votantes se queden en la piltra y los que no lo son, mantengan en el poder a los primeros responsables de este desastre, porque algo al menos esperan sacar, sean subvenciones, prestaciones o un paraguas para el chaparrón tributario con el que nos están ahogando.-

            Ya comenté anteriormente lo que opinaba de su reforma laboral, y podría hacerlo de sus medidas fiscales, que detraen recursos de los ciudadanos para alimentar al monstruo político que ustedes se empeñan en mantener, de la innegable reducción de las prestaciones sociales a los ciudadanos, del trato exquisito a grandes empresas y entidades financieras, mientras las mismas se encargan de canibalizar a todo españolito que puedan, de la proliferación de normas dispersas y desordenadas en vez de un bloque compacto y coherente.  Pero ya creo que el problema de este gobierno es más de fondo que de capacidad; este gobierno no está dispuesto a reformar, sólo en retocar. Este gobierno no está dispuesto a afrontar el reto de dar un nuevo rumbo al futuro de la Nación, porque sabe que tendría que llevarse puesto los pesebres políticos en que se han convertido las autonomías, los privilegios de tanto vividor, las subvenciones que alimentan a las miríadas de parásitos que tenemos, la jeta de nacionalistas desbocados y a élites económicas que viven de la especulación y el dinero fácil en vez de la creación de riqueza.-

             Y para ello han cogido el manual de macroeconomía prestado por los soñadores del IV Reich o por sesudos economistas financieros internacionales, y pretenden aplicarlo sin querer saber que un buen general, antes de aplicar un plan de batalla, debe conocer el terreno real, pisar suelo, conocer sus medios, sus debilidades y adaptar su estrategia al reto que tienen que afrontar. Y ustedes optan por coger la receta que les han pasado, esto es, bajar prestaciones y subir impuestos, sin querer saber que esto cada vez da menos de sí, que el cierre de pequeñas y medianas empresas es irreparable, que la sociedad se está desangrando, y que nos llevan directamente al precipicio que se encargó de preparar el anterior gobierno socialista.-

             Si ustedes no se han dado cuenta que los principales problemas que tiene este Nación es una estructura política inviable y que separa a los ciudadanos, una estructura financiera que ha rota el principio de confianza y cortado el flujo de dinero, y unos costes, sociales y fiscales, y trabas administrativas a las empresas, que son las que generan de verdad la actividad económica y la creación de empleo, es que viven en otra galaxia.-
        
            Este es un tiempo de escudo con escudo y gladio adelante, de esfuerzos comunes, de defensa de la frontera frente al invasor que va a arrasar años de esfuerzo y trabajo, logros sociales y sueños de libertad, pero me temo que el inicuo cáncer social  en forma de aldeanismos, pelotazos, corruptelas, enchufismos, indiferencias, egoísmos, soberbia, orgullos vacuos, en definitiva, lo que hemos creado con ahínco, en el que hemos vivido y del que ahora padecemos sus consecuencias, es tan poderoso, capaz de marginar a los que pueden solucionarlo y que sigue ensalzando a los que lo generaron y a los que lo siguen agravando, que en breve vamos a vivir un infierno dantesco.  No se ustedes, pero yo seguiré royendo la cadena para intentar librarme de este cataclismo; si no llega seré el primero en reconocer mi error, pero como acontezca, que cada uno, si se atreve, si tiene redaños, se mire en su espejo, piense en lo que hizo para evitarlo, sepa distinguir a los ejecutores, para que, al menos, las generaciones que nos sigan se puedan ahorrar el repetir una vez más tamaña suerte de dislates y errores.-