DE ESPADAS Y BASTOS
Retomo este blog. Entre la pereza
y la desesperanza. Un estío abrasador, los grados escalando el Himalaya, los
españolitos con la mantequilla vuelta y vuelta y quien sabe si otras cosas. Y
entre tanto hastío, tanta miseria, tanta injusticia, ¡pardiez!, una espada es
noticia. No la crisis que acecha, no unos políticos de segundo nivel que juegan
al despiste, no unas políticas desastrosas. Ni siquiera un exceso de muertos
que en una sociedad decente haría que se levantaran gritos exigiendo una
explicación. No, aquí lo importante es una espada y una tostada vuelta y
vuelta, en la arena, en la playa o en la piltra.
Respecto
al simbolismo de esa espada quiero dejarlo claro. Y, por si no lo han leído,
les traigo un fragmento: “La orden de ejecución llegó de Caracas y a La
Guaira el día 11 de febrero de 1814. Las ejecuciones empezaron el 12 y
continuaron el 13, 14 y 15 en la Guaira y Caracas. El triste honor de presidirlas
correspondió a Juan Bautista de Arismendi, uno de los más crueles y
sanguinarios personajes de la insurrección venezolana, nombrado por Bolívar
gobernador de Caracas. Los heridos fueron arrastrados, dando gritos, hacia el
lugar del suplicio; los sanos y famélicos fueron conducidos a empellones y
culatazos. No hubo piedad. Los fusiles descargaron el plomo mortífero y los
pelotones de fusilamiento debieron ser relevados periódicamente por el
agotamiento de los hombres y la repugnancia que a muchos causaba aquel infame
acto. Oíd, Majestad, que dado que la pólvora estaba escasa y cara, también se
emplearon sables y picas para asesinarlos, sin importar que estuviesen heridos,
que no hubiesen participado en pugnas partidistas o que fuesen ancianos, pues a
estos últimos se los llevó al patíbulo amarrados a sus sillas”. El
libro es “Al Oído del Rey” y el autor, Pablo Victoria, colombiano, antiguo
senador y diputado del Parlamento de Colombia. Y lo que narra habría provocado
una envidia orgásmica en el mismo Himmler.
Bolívar,
el adorado, era un traidor a la Hispanidad. Señorito (de lo que ahora se
llamaría “la casta”), agente inglés, pagado por esos anglos que nos quieren
llevar a un planeta arrasado. Genocida de hispanos (de españoles, que españoles
somos todos hasta que estalló el imperio), Lo que no pudieron por la fuerza de
las armas, entre el sudor y la sangre de tanto hispano, los de la pérfida Albión
(y no olviden orinar mirando hacia Inglaterra según la sabia recomendación de
Blas de Lezo) prefirieron untar a traidores para demoler su adversario
ideológico; y esto lo intentaron repetir con Rusia, lo consiguieron con
Yugoeslavia y lo intentan con la España actual. Divide donde no hay división, créala,
busca traidores, miente, engaña y una vez divididos, a saquear los trozos sueltos. Sí,
ya se, ustedes están al unte playero, al unte casero o a superar el récord pelando
plátanos en Valladolid. Aunque esto de pelar plátanos trae sensaciones eróticas
y festivas que casi merecen una pausa… Ustedes disculparán…
Ya…
Nuestros bien alimentados políticos, alimentados por sus impuestos y, sobre
todo, por su indiferencia, entran en debates que debieran reflejarse en
escuelas de colegio infantil. Si en mis tiempos mozos, y qué lejos están en
vida sufrida, se hubiera planteado tamaña idiotez, se les habría lanzado
chupetes para que retornaran a párvulos y dejaran de incordiar.
Bolívar, el
genocida, el violador, el ladrón del futuro de la Hispanidad, debería arrojarse
al estercolero de la historia. No es una opinión, es una definición basada en
los hechos históricos. La ruptura de la hispanidad sólo benefició intereses espurios
de los anglos que ahora siguen ustedes disfrutando. Cuando una sociedad se
mueve por intereses bastardos, los efectos les persiguen en el tiempo. El profesor
Marcelo Gullo dice que la historia no explica el pasado; la historia explica el
presente, y ustedes se están rebozando, vuelta y vuelta, en un pasado fuera de
moral, fuera de sentido y fuera de esperanza. Son carne de cañón de ese aumento
de mortalidad, y no miren con cara de cordero degollado. Son abono a una tierra
fertilizada con sus ilusiones, sus vidas y sus bienes. Verá… Esto no fue ayer,
es hoy. El sistema que diseñaron hace más de cien años, alcanza su clímax, un
orgasmo de muerte y desolación. Y por eso, esa espada que desfila entre malas
copias de casacas rojas anglos, simboliza algo más que un desliz protocolario.
Esta
casta perezosa, mediocre e inútil, me genera hastío y rabia; esta pandilla de
golfos son traidores a todo lo que representa la democracia y la libertad. Esta
gentuza nos ha metido en una pecera para que nos creamos libres, mientras
engrosan sus talegos y faltriqueras con nuestra vida. El lema futuro es ponga
un corrupto en su vida, porque de cada corruptela, de cada chanchullo, de cada
chorizada, una parte es suya, y nace de sus pelotazos, de sus tráficos de
influencias, de esas cajas quebradas, de esas inmobiliarias hundidas, de esas
subcontratas con amiguitos, de esos eres malolientes, de esos puestos creados,
de toda la inmundicia que chapotea en nuestro país. Creo que fue Alonso Ojeda,
adelantado español, valiente, honesto, cabal e incapaz de chapotear en el fango
asqueroso de la intriga, la envidia y la corrupción, quien dijo que los
traidores eran como los caracoles: babosos, cornudos y siempre encerrados en su
caparazón; se diría que no existen hasta que la lluvia les obliga a mostrarse y
descubrimos que proliferan por millones. Así que, amable lector, póngase el
chubasquero porque con el tifón que nos está regalando el destino, la
caracolada está servida.-
Estos
bribones, estos tahúres del voto, estos mentecatos, estos vividores a costa de
bolsa ajena, están enterrando la democracia. Son como patrones de crucero que
mientras se desfogan con la rubia explosiva llevan la nao a pique, y no crean
que van a tener la dignidad de hundirse con el barco, no, lo abandonaran los
primeros y el que se quede, que arree si puede, o si no, que reviente.-
Con
tanto mandanga, la Patria, la de todos, la de rojos y azules, la de heteros,
gays o fluidos, la de ateos o creyentes, se hunde; con tanto granuja muere la
sociedad, con estos bujarrones grises y siniestros la ruina es cierta. Pero, ¿y
cómo hemos llegado a esto?
Pues
mire usted, es su culpa, la de todos. Consentimos debates estúpidos en los que,
según el arco colorín de nuestros políticos, unos dicen gilipolleces defendiendo a un
oligarca genocida y otros les replican en el más puro espíritu de los Santos
Inocentes. Al final, la milana está muerta porque estos señoritos la han matado,
y esa milana, siento decírselo, son ustedes.
¿Van a despertar? No lo creo. Un
pequeño acto de dignidad del Jefe del Estado no nos va a servir. Porque el acto
debería ser de todos, no con la espada, sino repartiendo bastos (en término
figurado, obviamente). Un tute de Reyes de bastos a estos elementos y problema
solucionado.
Pero, al contestarme, sigo igual
que hace años, cuando escribí; “La pena confieso que me anega, la
tristeza me abruma y el dolor se acrecienta. Estos son producto de todos; les
hemos cebado, alimentado, criado, consentido, y ahora nos devoran. Le hemos jaleado
y animado, hemos pasado por alto sus vergüenzas, hemos girado la cabeza para no
ver tanta iniquidad, nos hemos tapado la nariz para no oler tanta podredumbre,
y sólo para mantener nuestros pequeños vicios, nuestra tolerancia con nuestras
pequeñas sisas, nuestras pequeñas raterías sociales. Y cuando nos hemos dado
cuenta, nos quitan la pación y nos sueltan la aguijada. Así que usted decida,
que ninguno aleguemos falta de responsabilidad del desastre que se acerca por
no querer mirar el presente. O aguanta el palo, o enmiende primero su casa y
eche luego a la plaga. Siga siendo una oveja, o despierte en la noche que nos
toca y sea un lobo que defiende su manada. Esto, paciente leedor, es la
libertad, la democracia y la responsabilidad”.-
Madrid 28 de agosto de 2022