Se fue el Samhein… Una fiesta
celta cargada de espiritualidad muy alejada del invento mercantilista de los
descendientes de los herejes de la pérfida Albión. En esta celebración, que
coincide con el 1 de noviembre cristiano, los antiguos celtas creían que
durante la noche de la víspera del Samhein, el mundo de los dioses se hacía visible
a los mortales, y de ahí surgían grandes portentos y desgracias. En esa conexión
entre mundos diferentes, se abrían puertas a otros mundos; una noche cargada de
magia y esoterismo, por lo que se solían colocar presentes en las ventanas para
que los seres del otro mundo pasaran sin hacer daño a los habitantes de los
cairns (o castros). Así que a nadie puede extrañarle que cuando el cristianismo
se expandió por terrenos celtas, asimilara celebraciones que no le eran del
todo ajenas.-
Tengo
que confesarles que no es una fiesta que me moleste especialmente; Cualquier
situación en la que los críos puedan disfrutar consigue sacarme una sonrisa, y
pienso que al menos sean felices que bastante complicado es el mundo que les estamos preparando. Sin embargo cuando veo a
maromos haciendo el cimbel, vagando por las calles como una horda medio
risible, medio etílica, no puede menos que recordar un párrafo de las Epístolas
Morales a Lucilio del cordobés Séneca que decía “”Examina a esos que deploran
lo que desearon y tratan de huir de cosas sin las cuales no podrían vivir, y
verás cómo persisten voluntariamente en aquellas cosas por las cuales se creen
oprimidos y que, teníéndolas que soportar, se creen desgraciados”.
Hace
unos días nos reunimos un grupo de amigos que hemos creado una asociación
cultural pàra tener una tertulia que versaba sobre el fin de la civilización
romana. El ponente intentaba demostrar que, frente a la fecha tradicional que
data la entrada en la Edad media en el año 476 con la caída del último emperador
romano, el verdadero fin de la Civilización romana, y la entrada en la oscura Edad
Media tendría que datarse en el año 711 con el cierre por el Islam del
verdadero corazón de la civilización romana que era el Mediterráneo.-
No
voy a replicar el contenido de la tertulia, ni las distintas posiciones de los
asistentes, pero sí hubo un acuerdo bastante generalizado en que fuera en el
siglo V o en el siglo VIII, una de las causas de la caída de la civilización
romana, del paso de ciudadano libre a siervo, fue la pasividad civil que nunca
estuvo dispuesta a enfrentarse a una realidad que iba a cambiar su vida, que
iba a destruir todo lo que valoraban, que, al igual que lo que decía Séneca, se
creían desgraciados de aquello que les hacía vivir.-
Y,
honestamente, veo a adultos disfrazados
en la noche de Samhein y pienso que quizás, en vez de afrontar sus realidades,
pretenden esconderse detrás de disfraces, huir de sus problemas, seguir cantos
engañosos que les llevan a la oscuridad del siervo, a la pérdida de su futuro,
a la destrucción de todo aquello que de verdad quieren.-
Y
sigo pensando, y quizás no sea el disfraz que se ponen en la noche del 1 de
noviembre, que puede que llevemos un disfraz permanente, y nos creemos las
mentiras que nos quieren vender, asumimos las falsedades de otros disfraces, y
vivimos en un mundo de ilusión, para despertarnos en una pesadilla. Quizás sea
hora de quitarnos el disfraz, de negarnos a tragarnos las mentiras que otros
disfraces nos venden y tomar las riendas de nuestro presente y el destino de
nuestras vidas.-
Sé
que el inmortal Cervantes, en nuestro Quijote, dijo aquello que la falsedad
tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arratrándose, de modo que cuando la
gente se da cuenta del engaño ya es demasiado tarde, pero no le hagan mucho
caso, Demasiado tarde, nunca; duro, seguro, pero miren, en el 711, después de
siglos de indiferencia, un puñado de hombres dijeron que ellos iban a recuperar
su derecho a ser ciudadanos, se echaron a las peñas y palmo a palmo recuperaron
su libertad. Nunca es tarde, así que les invito, en este presente que nos
jugamos nuestro futuro y el de nuestros hijos, fuera disfraces, azagaya o
gladio en la mano, fuera mentiras, y a recuperar nuestra ciudadanía.